
BIOPOLIMEROS
Los biopolímeros son sustancias sintéticas que no son compatibles con el cuerpo humano, como la silicona líquida o ciertos aceites industriales, que fueron utilizadas por personas no especializadas con fines estéticos para aumentar el volumen en zonas como los glúteos, las caderas o el rostro. Con el tiempo, estas sustancias pueden provocar reacciones inflamatorias severas, deformidades, dolor o endurecimiento de los tejidos, y en algunos casos, desplazarse hacia otras partes del cuerpo.
Esta reacción del organismo frente a una sustancia extraña se conoce como alogenosis iatrogénica, un proceso inflamatorio crónico que puede afectar tanto la zona infiltrada como otros sistemas del cuerpo. En ciertos casos, esta condición puede desencadenar síndromes autoinmunes, como el síndrome de ASIA (Síndrome Autoinmune/Autoinflamatorio Inducido por Adyuvantes), que se manifiesta con cansancio, dolor muscular o articular y malestar general.
El retiro de biopolímeros es una cirugía que busca eliminar la mayor cantidad posible del material infiltrado, disminuir la inflamación y mejorar la forma y función del área afectada. Según el grado de compromiso, puede requerir resección del tejido dañado, liposucción asistida o incluso reconstrucción con tejidos del propio paciente.
Cada caso debe ser evaluado de manera personalizada, considerando el grado de afectación y las necesidades particulares de cada paciente. El principal objetivo es restaurar la salud, aliviar los síntomas y recuperar la confianza y bienestar del paciente, priorizando siempre la seguridad, la armonía corporal y la calidad de vida.



CICATRICES
Las cicatrices son una respuesta natural del cuerpo ante una lesión o cirugía, resultado del proceso de reparación de los tejidos. En la mayoría de los casos, evolucionan de manera favorable, pero algunas pueden desarrollarse de forma anómala, generando molestias, alteraciones estéticas o incluso limitaciones funcionales. El tratamiento quirúrgico de las cicatrices tiene como objetivo mejorar su apariencia, restaurar la función cutánea y lograr una integración más armónica con la piel circundante.
Existen varios tipos de cicatrices según su comportamiento. Las cicatrices hipertróficas son gruesas, enrojecidas y elevadas, aunque se mantienen dentro del área de la herida original y tienden a aplanarse con el tiempo. Los queloides, por el contrario, crecen más allá de los límites de la lesión inicial, suelen causar picazón, dolor o sensibilidad, y presentan una mayor tendencia a reaparecer. Las cicatrices retráctiles generan tensión sobre la piel y los tejidos profundos, pudiendo provocar deformaciones y, dependiendo de su localización, afectar la movilidad de la zona, especialmente si se ubican cerca de articulaciones o áreas de movimiento frecuente.
El manejo quirúrgico puede incluir la resección o remodelación de la cicatriz, el uso de colgajos locales o injertos de piel, y la aplicación de tratamientos complementarios como láser, infiltración de corticoides, terapia de silicona o presoterapia para optimizar el resultado final.
En todos los casos, el abordaje debe ser individualizado, considerando el tipo de cicatriz, la calidad de la piel y las expectativas del paciente. Un tratamiento adecuado permite mejorar la apariencia, aliviar síntomas y recuperar la funcionalidad, contribuyendo al bienestar físico y emocional de cada persona.























DEFORMIDADES
Las deformidades congénitas son alteraciones anatómicas presentes desde el nacimiento que pueden afectar la forma, el crecimiento o la función de distintas estructuras corporales. Estas condiciones pueden comprometer huesos, músculos o tejidos blandos, y en algunos casos generan asimetrías, limitaciones funcionales o impacto emocional en el paciente. La cirugía plástica reconstructiva tiene como objetivo restaurar la forma y función de las zonas afectadas, promoviendo un desarrollo armónico y una mejor calidad de vida.
Entre las condiciones más comunes se encuentran la braquicefalia, producida por el cierre prematuro de suturas craneales, que altera la forma del cráneo; el síndrome de Poland, caracterizado por la ausencia parcial o total del músculo pectoral mayor y alteraciones en la pared torácica o el desarrollo mamario; la mama tuberosa, una malformación congénita del tejido mamario que genera una forma alargada, base estrecha y, en ocasiones, asimetría entre ambas mamas; y el síndrome de Wallenberg, que puede asociarse a asimetrías faciales o musculares secundarias a alteraciones neurológicas.
El tratamiento quirúrgico se planifica de forma individualizada, considerando la edad, el grado de afectación y las expectativas del paciente. Puede incluir reconstrucción ósea o de tejidos blandos, colgajos autólogos, injertos o técnicas de simetrización mamaria en el caso de deformidades torácicas.
La corrección de estas alteraciones permite mejorar la función, la apariencia y la autoconfianza, logrando resultados naturales y duraderos. Un manejo especializado y oportuno garantiza una reintegración física, estética y emocional más completa para cada paciente.












TUMORES
La cirugía de tumores y lesiones de piel comprende el tratamiento quirúrgico de diferentes alteraciones cutáneas y subcutáneas, tanto benignas como malignas. Estas pueden incluir cáncer de piel, lipomas, quistes sebáceos, quistes epidérmicos, nevos (lunares) u otras lesiones que afecten la apariencia o la salud de la piel. El objetivo del tratamiento es extirpar completamente la lesión, preservar la función de la zona afectada y lograr el mejor resultado estético posible.
El cáncer de piel es una de las patologías más frecuentes y requiere una detección y manejo oportunos. Su tratamiento suele implicar la resección quirúrgica con márgenes de seguridad, asegurando la eliminación total del tejido maligno. En lesiones benignas como lipomas (tumores grasos), quistes sebáceos o quistes epidérmicos, la cirugía permite extirpar el contenido y la cápsula del quiste, evitando su reaparición y mejorando el aspecto de la piel.
Dependiendo del tamaño y la localización de la lesión, puede ser necesario realizar reconstrucciones con colgajos o injertos de piel, especialmente en zonas visibles o de alta tensión.
La cirujana plástica evalúa cada caso de manera personalizada, determinando la técnica más adecuada para lograr una resección completa, segura y con resultados estéticamente favorables. De esta forma, se busca no solo eliminar la lesión, sino también restaurar la forma, la función y la confianza del paciente, priorizando siempre la salud y la prevención de recurrencias.





ULCERAS CRONICAS
Las úlceras crónicas son heridas que, según la literatura médica, no cicatrizan en un periodo de 6 a 8 semanas debido a alteraciones en la circulación, infecciones o enfermedades que interfieren con el proceso natural de reparación de la piel. Estas lesiones pueden causar dolor, inflamación, dificultad para caminar o moverse, y un impacto importante en la calidad de vida del paciente.
Entre las causas más frecuentes se encuentran el pie diabético, las úlceras varicosas producidas por insuficiencia venosa, las úlceras por presión (también conocidas como escaras), las úlceras traumáticas y las secuelas de quemaduras. Cada una requiere un enfoque específico, ya que su evolución y gravedad pueden ser muy diferentes.
El tratamiento de las úlceras crónicas requiere un enfoque médico y quirúrgico integral, orientado a restaurar los tejidos dañados, controlar la infección y favorecer una cicatrización adecuada.
Dependiendo del tipo y la extensión de la lesión, puede incluir desde curaciones avanzadas y terapias de presión negativa hasta procedimientos reconstructivos como injertos de piel o colgajos. El objetivo principal es lograr una recuperación funcional y estética del área afectada, mejorar la calidad de vida del paciente y prevenir recurrencias, siempre mediante una atención especializada y personalizada en cirugía plástica y reconstructiva.











Servicios
Procedimientos mínimamente invasivos: toxina botulínica y ácido hialurónico.
Cirugía estética facial: armonización, rinoplastia, blefaroplastia y lifting facial.
Cirugía de contorno corporal.
Cirugía reconstructiva: tratamiento de cicatrices, úlceras crónicas y traumáticas, entre otros.
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